Wednesday, March 27, 2013

He visto la vida desde otra perspectiva y se ha ampliado mi visión del mundo, he purificado mi mente y he abierto mi corazón

Saludos!

El día de hoy, encontrándome de visita en la comunidad Lasallista del Salto, P.N. Durango, México, han recordado con mucho respeto, la memoria de un joven voluntario Lasallista, el cual, en el 2007, encontrándose en actividad de Misiones (espacio de catequesis y evangelización durante la semana Santa), partió a la casa de Dios.

Y porque considero importante, el testimonio de este joven, me permito reproducir un mensaje que los jóvenes voluntarios lasallistas actuales, presentaron hace unos momentos en oración de Carlos Javier Méndez Flores (RIP):

Cuando decidí venir a El Salto, no sabía cuál era mi concepción del voluntariado, mi única experiencia eran las misiones, sin embargo, llegué a descubrir un lugar que no imaginaba.
Empezamos el año con un mes en casa, en donde recibimos clases y vivimos en comunidad, esa fue, creo yo, la más difícil experiencia, creo que el vivir con tantas personas no es fácil y que el tiempo de adaptación depende de cada quien, en mí, tomó mucho. Aparte de mi soledad, yo añoraba muchas cosas y empecé a refugiarme en la oración, poco a poco las cosas se fueron dando… y las misiones comenzaron. La diferencia de estas misiones es que te dejan una enseñanza distinta, profunda y para toda la vida.
He vivido tantas misiones increíbles y me he convertido de tantas maneras que ya no soy, el que llegó aquí, un día asustado ante lo desconocido. He vivido tantas misiones increíbles y me he convertido de tantas maneras que ya no soy, el que llegó aquí un día asustado ante lo desconocido.
Esta cosa te somete a vivencias y sensaciones que no puedes sentir en otros lugares; tus pensamientos inestables, a veces elevados, a veces destruidos… tu espíritu es un altibajo de emociones y aquí liberas muchos problemas que no sabías que pudieras tener y lo más importante es que lo que hagamos tiene un enfoque hacia Dios.
Somos jóvenes comunes viviendo una vida semejante a la de un religioso.
Aquí el crecimiento depende mucho de las personas y aprende que ninguna mejoría viene sin un poco de sacrificio.
He visto la vida desde otra perspectiva y se ha ampliado mi visión del mundo, he purificado mi mente y he abierto mi corazón.
Esta experiencia me ha llenado de alegría y me atrevería a decir que de "gracia".
Sin embargo, este es un camino, un paso, la dirección que tomaremos depende mucho de lo que hagamos aquí.
Mi vida tomó un nuevo sentido y todo lo que tenía planeado se pone en interrogación, nada es lo que parecía, sino más bello.
Empiezo a ver cada momento de alegría, atesorarlo y afrontar con valentía las luchas internas, los problemas de esta tierra; porque todo camino que se inicia con Jesús, aunque sea el más espinoso, tendrá una hermosa luz, un grandioso final.

Carlos Javier Méndez Flores (RIP)

Que el testimonio de vida de Carlos Javier, siga siendo un testimonio de vida para todos nosotros que nos animamos a vivir la experiencia de Misiones, no para dar de lo que nos sobra, sino para dar lo mejor de nosotros mismos.

Sunday, March 17, 2013

Semana Santa 2013. Pascua es Cristo vivo.



Saludos!

Les comparto una carta que escribió en actual Papa Francisco, cuando era aún cardenal, con motivo de la semana santa 2013:




Semana Santa 2013. Pascua es Cristo vivo.

Carta pastoral del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, con ocasión de la próxima Semana Santa (25 de febrero de 2013) 

A los párrocos y responsables de comunidades educativas: 

Hace años que todos trabajamos por lograr que la iglesia esté en la calle tratando que se manifieste más la presencia de Jesús vivo. Es el esfuerzo de vivir aquello que rezamos tantas veces en la Misa “que todos los miembros de la Iglesia sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en la fidelidad al Evangelio; que nos preocupemos de compartir en la caridad las angustias y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres, y así les mostremos el camino de la salvación” (1) En mayor o menor medida muchas comunidades aceptaron ese desafío. Aparecida confirmó el camino y nos mostró que, para que no sea un chispazo, necesitábamos una conversión pastoral. La necesitamos continuamente porque muchas veces tenemos la tentación de volver a las cebollitas de Egipto. Todos sabemos que la realidad de nuestras parroquias resulta acotada en relación a la cantidad de personas que hay y a las que no llegamos. La Iglesia que nos llama constantemente a una nueva evangelización nos pide poner gestos concretos que manifiesten la unción que hemos recibido. La permanencia en la unción se define en el caminar y en el hacer. Un hacer que no sólo son hechos sino un estilo que busca y desea poder participar del estilo de Jesús. El “hacerse todo a todos para ganar a algunos para Cristo” va por este lado. (2)

Salir, compartir y anunciar, sin lugar a dudas, exigen una ascesis de renuncia que es parte de la conversión pastoral. El miedo o el cansancio nos pueden jugar una mala pasada llevándonos a que nos quedemos con lo ya conocido que no ofrece dificultades, nos da una escenografía parcial de la realidad y nos deja tranquilos. Otras veces podemos caer en el encierro perfeccionista que nos aísla de los otros con excusas tales como: “Tengo mucho trabajo”, “no tengo gente”, “si hacemos esto o aquello ¿quién hace las cosas de la parroquia?”, etc.

Igual que en el año 2000 quisiera decirles: "Los tiempos nos urgen. No tenemos derecho a quedarnos acariciándonos el alma. A quedarnos encerrados en nuestra cosita... chiquitita. No tenemos derecho a estar tranquilos y a querernos a nosotros mismos…Tenemos que salir a hablarle a esta gente de la ciudad a quien vimos en los balcones. Tenemos que salir de nuestra cáscara y decirles que Jesús vive, y que Jesús vive para él, para ella, y decírselo con alegría... aunque uno a veces parezca un poco loco.

Cuántos viejitos están con la vida aburrida, que no les alcanza, a veces, el dinero ni para comprar remedios. A cuántos nenes les están metiendo en la cabeza ideas que nosotros recogemos como gran novedad, cuando hace diez años las tiraron a la basura en Europa y en los Estados Unidos, y nosotros se las damos como gran progreso educativo.

Cuántos jóvenes pasan sus vidas aturdiéndose desde las drogas y el ruido, porque no tienen un sentido, porque nadie les contó que había algo grande. Cuántos nostálgicos, también los hay en nuestra ciudad, que necesitan un mostrador de estaño para ir saboreando grapa tras grapa y así ir olvidando.

Cuánta gente buena pero vanidosa que vive de la apariencia, y corre el peligro de caer en la soberbia y en el orgullo.

¿Y nosotros nos vamos a quedar en casa? ¿Nos vamos a quedar en la parroquia, encerrados? ¿Nos vamos a quedar en el chimenterío parroquial, o del colegio, en las internas eclesiales? ¡Cuando toda esta gente nos está esperando! ¡La gente de nuestra ciudad! Una ciudad que tiene reservas religiosas, que tiene reservas culturales, una ciudad preciosa, hermosa, pero que está muy tentada por Satanás. No podemos quedarnos nosotros solos, no podemos quedarnos aislados en la parroquia y en el colegio." (3)

La Semana Santa se nos presenta como una nueva oportunidad para desinstalar un modelo cerrado de experiencia evangelizadora que se reduce a “más de lo mismo” para instalar la Iglesia que es de “puertas abiertas” no porque sólo las abre para recibir sino que las tiene abiertas para salir y celebrar, ayudando a aquellos que no se acercan.

Con estos pensamientos miro la próxima celebración de Ramos, es la fiesta del andar de Jesús en medio de su pueblo siendo bendición para todos los que se encontraban a su paso. Les ruego que no privaticemos la fiesta que es para todos y no para algunos. La Arquidiócesis ha hecho la opción de celebrarla. misioneramente el sábado por la tarde desde las columnas y puestos misioneros en las distintas Vicarías. Sin embargo la adhesión es todavía muy pobre. Por eso les pido a los Párrocos y a los responsables de los Colegios que convoquen y movilicen sus comunidades para ese momento fuerte de fe y anuncio con la certeza de que la vida de nuestros fieles se renueva cuando experimentan la belleza y alegría de acercarse a los hermanos para compartir la fe: "es imposible que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da testimonio y anuncia". (4)

Les agradezco desde ya todo lo que hagan en este sentido.

Con paternal afecto

Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
25 de febrero de 2013.



Notas
(1) P. E. V c
(2) Misa Crismal 2012
(3) EAC 2000
(4) Evangelii nuntiandi 24



Animo!

C@rpe Diem!

Monday, March 11, 2013

Consideraciones para el diálogo en los procesos vocacionales


Interacción en el acompañamiento de jóvenes que inician procesos de discernimiento vocacional


Investigando un poco sobre la definición de la palabra diálogo, encontré un concepto que da el Profr. Gonzalo Gamio que llama la atención, porque se articula bastante con el trabajo de la Pastoral Vocacional.

Diálogos es un término griego que a menudo se traduce como “conversación” o “discusión”. Proviene de las voces diá (a través de), y lógos (discurso, lenguaje, razón, entre otros sentidos). No alude a “dos” tal y como se cree cotidianamente. Se trata de una forma básica de actividad humana en la que la razón es protagonista. Con ella se trata de arribar a acuerdos de diferente naturaleza, o, en todo caso, si los acuerdos no llegan a lograrse, ella nos permite comprender y evaluar el carácter y los alcances de nuestros desacuerdos; de este modo, el diálogo convierte estas situaciones de inevitable discrepancia en provechosas y aleccionadoras para quienes participan en él.
Cuando el propósito del diálogo es la verdad, lo describimos como una “investigación”. Cuando el objetivo trazado es elegir conscientemente un curso de acción que consideramos valioso o correcto en el diseño de un proyecto de vida, lo describimos como “deliberación”. Cuando la meta establecida es construir alguna forma de arreglo social basado en la convergencia legítima de intereses particulares hablamos de “negociación”. Todas estas formas de interacción comunicativa son expresiones de diálogo; cuando se llevan a cabo sin distorsión, están animadas por el ejercicio del lógos. La práctica del diálogo se contrapone al mero uso de la fuerza (Gamio Gehri, 2012).

¿Por qué he decidido iniciar esta reflexión con una definición del concepto diálogo? En las visitas a las comunidades del Distrito, algunos Hermanos y maestros involucrados en la dinámica de la Pastoral Vocacional, me han solicitado algunas pistas u orientaciones sobre cómo interactuar o por dónde iniciar el diálogo para con aquellos jóvenes que han iniciado procesos de discernimiento vocacional. De entrada les comento que no hay una receta secreta ni mágica, sin embargo, en mi sencilla opinión, comparto algunas consideraciones que quizá puedan ser de ayuda, sobre todo para aquellos que aún siguen buscando orientaciones para el diálogo con los jóvenes que están viviendo procesos de discernimiento vocacional. Recomiendo tener en cuenta el concepto de diálogo citado al inicio de esta reflexión.





Al iniciar un diálogo con una persona y más si es de tipo vocacional, es recomendable hacer la pregunta de si está en disposición de poder entablar una conversación ¿por qué esta recomendación? Porque en ocasiones me ha sucedido que inconscientemente, inicio el diálogo con un joven y acaba más bien siendo una mera entrevista, reduciéndose a meramente preguntas y respuestas en las cuales, en algunas ocasiones se llega a un sin sentido en la reflexión del proceso de discernimiento vocacional. Sin embargo, cuando se inicia el diálogo, preguntándole al joven, si está en disposición de conversar, entonces se da un ambiente de confianza; quizá esa confianza sea incipiente, sin embargo, es más que suficiente para poder estar ambos en la misma sintonía, porque está basada en la libertad.

Recordemos que nos encontramos en un momento de conocimiento de la persona

Por lo general, cuando se inicia el diálogo con una persona por primera vez, es recomendable pedirle que haga un relato del entorno familiar y de la valoración que tiene sobre la misma, de tal modo, que dependiendo del nivel de confianza que se haya logrado con la persona, será ella misma quien vaya marcando la pauta en este y otros apartados como se menciona más adelante.

Si algo no llegáramos a entender algún aspecto en la conversación que se lleva a cabo con la persona, sería bueno comentarle de modo sencillo y con respeto si es posible que explique mejor aquel punto en donde no se entendió el comentario.
Es importante en este primer momento de diálogo, hacer a un lado los prejuicios y juicios hacia la persona que estamos escuchando, recordemos que estamos en un proceso de ir avivando la confianza, de tal modo que si hacemos un esfuerzo, daremos cabida a la apertura, de lo contrario, quizá se llegue a crear una barrera o que incluso la persona se bloquee en el diálogo con nosotros. Quizá no nos resulte fácil y sencillo a la primera, hacer aun lado los prejuicios, sin embargo, también hay que saber pedirle al Espíritu Santo, que nos dé la sabiduría, para poder hacer una buena labor y así, tener las palabras acertadas para con la persona que acompañamos.

Posteriormente, se pueden atender los aspectos académicos, de amigos(as), de servicio, de aficiones (cultural, deportiva, recreativa), de vida espiritual (relación con Dios) para terminar con el tema de la vocación, procurando dejar que la persona que acompañamos marque la pauta, hay que recordar que se está iniciando  el proceso de confianza entre ambas partes; y no es por menosprecio, dejar el tema de la vocación al final, sino más bien, es para que uno como acompañante, pueda tener en este momento, mejores luces sobre el tema de la vocación de la persona y se pueda lograr una reflexión en mayor profundidad, de tal modo que ahora, se tendrán más elementos sobre los escenarios que son los círculos de influencia de la persona que se encuentra en un proceso de discernimiento vocacional.

Cabe mencionar, que conforme se vaya dando el diálogo, vamos a ir armando el rompecabezas del conocimiento de la persona que acompañamos, de tal modo que según nuestra percepción, podemos ir haciendo una valoración de la misma, quizá sea aún parcial, sin embargo, es un inicio en este caminar del proceso de discernimiento.

Estando en este nivel del diálogo vocacional, es cuando se puede plantear a la persona su reflexión en torno al tipo de vocación sobre el cual quiere reflexionar, recordemos que existen tres niveles de vocación: laical, sacerdotal y religiosa (Sacerdotes Operarios, 2010). De tal modo que dependiendo del tipo de vocación que la persona desee dialogar, será el modo como procederemos a acompañarle.
Al respecto, los Sacerdotes Operarios (Animación Vocacional) nos mencionan: Hay que tener presente, que cuando hay conciencia de la vocación específica, la vocación es interpretada desde lo que le corresponde vivir a cada uno según la elección de vida que ha hecho, ejemplo: sacerdote-arquitecto, religioso-arquitecto y laico-arquitecto. Cada uno ejercerá la misma profesión, sin embargo, cada uno lo vivirá con un determinado punto de vista, con una determinada finalidad y con un propio carisma. El sacerdote lo hará cuando esté edificando su comunidad parroquial, el religioso desde la radicalidad evangélica y el laico desde su identidad secular.


Es posible que más de algún lector cuestione: Oye ¿no se supone que es un diálogo hacia la vida Consagrada? Un servidor responde: Es ahí en donde está el pequeño gran detalle, caemos en una suposición, lo cual, puede llevarnos a no ser acertados ni estratégicos en la forma en que acompañemos a la persona, de tal modo que si no hay claridad en lo que la persona desea reflexionar, menos resonancia tendrá lo que vayamos haciendo o realizando en torno a la persona.
Es por ello que será aquí en donde entren en combinación la percepción y la valoración de la vocación, a partir de lo que se ha escuchado a la persona, y donde este último aspecto de la valoración de la vocación tiene que lograrse estando las dos partes de acuerdo en la reflexión y en la decisión que se desea abordar.
Dependiendo de la profundidad del diálogo, estos aspectos se pueden abordar a lo mucho en dos sesiones de diálogo con las personas, para dar paso a la reflexión en torno a la vocación, escuchando lo que la persona nos desea expresar y no tanto lo que nosotros queremos que la persona nos diga (Consideraciones para promover la Cultura Vocacional (Balán, 2013)). Sin embargo, ese será tema para otra futura (espero) reflexión, si me lo permiten, porque ya le tengo que cortar, para no aburrirles.


Y les comparto una imagen-reflexión:





Fraternalmente, unidos en De La Salle,

Javier Balán, fsc




Bibliografía


Balán, J. (2013, Enero 18). Consideraciones para promover la cultura vocacional. Retrieved Febrero 27, 2013, from Blog de Javier Balán, fsc: http://javierbalan.blogspot.mx/2013/01/consideraciones-para-promover-la.html
Gamio Gehri, G. (2012, Septiembre 14). Reflexiones sobre el concepto de diálogo. Retrieved Febrero 25, 2013, from Política y mundo ordinario, boquejos Postliberales: http://gonzalogamio.blogspot.mx/2012/09/reflexiones-sobre-el-concepto-de-dialogo.html
Sacerdotes Operarios. (2010). El maestro como animador vocacional - Dimensión vocacional de la enseñanza. México, D. F.: Servicios de Animación Vocacional Sol.