Monday, March 11, 2013

Consideraciones para el diálogo en los procesos vocacionales


Interacción en el acompañamiento de jóvenes que inician procesos de discernimiento vocacional


Investigando un poco sobre la definición de la palabra diálogo, encontré un concepto que da el Profr. Gonzalo Gamio que llama la atención, porque se articula bastante con el trabajo de la Pastoral Vocacional.

Diálogos es un término griego que a menudo se traduce como “conversación” o “discusión”. Proviene de las voces diá (a través de), y lógos (discurso, lenguaje, razón, entre otros sentidos). No alude a “dos” tal y como se cree cotidianamente. Se trata de una forma básica de actividad humana en la que la razón es protagonista. Con ella se trata de arribar a acuerdos de diferente naturaleza, o, en todo caso, si los acuerdos no llegan a lograrse, ella nos permite comprender y evaluar el carácter y los alcances de nuestros desacuerdos; de este modo, el diálogo convierte estas situaciones de inevitable discrepancia en provechosas y aleccionadoras para quienes participan en él.
Cuando el propósito del diálogo es la verdad, lo describimos como una “investigación”. Cuando el objetivo trazado es elegir conscientemente un curso de acción que consideramos valioso o correcto en el diseño de un proyecto de vida, lo describimos como “deliberación”. Cuando la meta establecida es construir alguna forma de arreglo social basado en la convergencia legítima de intereses particulares hablamos de “negociación”. Todas estas formas de interacción comunicativa son expresiones de diálogo; cuando se llevan a cabo sin distorsión, están animadas por el ejercicio del lógos. La práctica del diálogo se contrapone al mero uso de la fuerza (Gamio Gehri, 2012).

¿Por qué he decidido iniciar esta reflexión con una definición del concepto diálogo? En las visitas a las comunidades del Distrito, algunos Hermanos y maestros involucrados en la dinámica de la Pastoral Vocacional, me han solicitado algunas pistas u orientaciones sobre cómo interactuar o por dónde iniciar el diálogo para con aquellos jóvenes que han iniciado procesos de discernimiento vocacional. De entrada les comento que no hay una receta secreta ni mágica, sin embargo, en mi sencilla opinión, comparto algunas consideraciones que quizá puedan ser de ayuda, sobre todo para aquellos que aún siguen buscando orientaciones para el diálogo con los jóvenes que están viviendo procesos de discernimiento vocacional. Recomiendo tener en cuenta el concepto de diálogo citado al inicio de esta reflexión.





Al iniciar un diálogo con una persona y más si es de tipo vocacional, es recomendable hacer la pregunta de si está en disposición de poder entablar una conversación ¿por qué esta recomendación? Porque en ocasiones me ha sucedido que inconscientemente, inicio el diálogo con un joven y acaba más bien siendo una mera entrevista, reduciéndose a meramente preguntas y respuestas en las cuales, en algunas ocasiones se llega a un sin sentido en la reflexión del proceso de discernimiento vocacional. Sin embargo, cuando se inicia el diálogo, preguntándole al joven, si está en disposición de conversar, entonces se da un ambiente de confianza; quizá esa confianza sea incipiente, sin embargo, es más que suficiente para poder estar ambos en la misma sintonía, porque está basada en la libertad.

Recordemos que nos encontramos en un momento de conocimiento de la persona

Por lo general, cuando se inicia el diálogo con una persona por primera vez, es recomendable pedirle que haga un relato del entorno familiar y de la valoración que tiene sobre la misma, de tal modo, que dependiendo del nivel de confianza que se haya logrado con la persona, será ella misma quien vaya marcando la pauta en este y otros apartados como se menciona más adelante.

Si algo no llegáramos a entender algún aspecto en la conversación que se lleva a cabo con la persona, sería bueno comentarle de modo sencillo y con respeto si es posible que explique mejor aquel punto en donde no se entendió el comentario.
Es importante en este primer momento de diálogo, hacer a un lado los prejuicios y juicios hacia la persona que estamos escuchando, recordemos que estamos en un proceso de ir avivando la confianza, de tal modo que si hacemos un esfuerzo, daremos cabida a la apertura, de lo contrario, quizá se llegue a crear una barrera o que incluso la persona se bloquee en el diálogo con nosotros. Quizá no nos resulte fácil y sencillo a la primera, hacer aun lado los prejuicios, sin embargo, también hay que saber pedirle al Espíritu Santo, que nos dé la sabiduría, para poder hacer una buena labor y así, tener las palabras acertadas para con la persona que acompañamos.

Posteriormente, se pueden atender los aspectos académicos, de amigos(as), de servicio, de aficiones (cultural, deportiva, recreativa), de vida espiritual (relación con Dios) para terminar con el tema de la vocación, procurando dejar que la persona que acompañamos marque la pauta, hay que recordar que se está iniciando  el proceso de confianza entre ambas partes; y no es por menosprecio, dejar el tema de la vocación al final, sino más bien, es para que uno como acompañante, pueda tener en este momento, mejores luces sobre el tema de la vocación de la persona y se pueda lograr una reflexión en mayor profundidad, de tal modo que ahora, se tendrán más elementos sobre los escenarios que son los círculos de influencia de la persona que se encuentra en un proceso de discernimiento vocacional.

Cabe mencionar, que conforme se vaya dando el diálogo, vamos a ir armando el rompecabezas del conocimiento de la persona que acompañamos, de tal modo que según nuestra percepción, podemos ir haciendo una valoración de la misma, quizá sea aún parcial, sin embargo, es un inicio en este caminar del proceso de discernimiento.

Estando en este nivel del diálogo vocacional, es cuando se puede plantear a la persona su reflexión en torno al tipo de vocación sobre el cual quiere reflexionar, recordemos que existen tres niveles de vocación: laical, sacerdotal y religiosa (Sacerdotes Operarios, 2010). De tal modo que dependiendo del tipo de vocación que la persona desee dialogar, será el modo como procederemos a acompañarle.
Al respecto, los Sacerdotes Operarios (Animación Vocacional) nos mencionan: Hay que tener presente, que cuando hay conciencia de la vocación específica, la vocación es interpretada desde lo que le corresponde vivir a cada uno según la elección de vida que ha hecho, ejemplo: sacerdote-arquitecto, religioso-arquitecto y laico-arquitecto. Cada uno ejercerá la misma profesión, sin embargo, cada uno lo vivirá con un determinado punto de vista, con una determinada finalidad y con un propio carisma. El sacerdote lo hará cuando esté edificando su comunidad parroquial, el religioso desde la radicalidad evangélica y el laico desde su identidad secular.


Es posible que más de algún lector cuestione: Oye ¿no se supone que es un diálogo hacia la vida Consagrada? Un servidor responde: Es ahí en donde está el pequeño gran detalle, caemos en una suposición, lo cual, puede llevarnos a no ser acertados ni estratégicos en la forma en que acompañemos a la persona, de tal modo que si no hay claridad en lo que la persona desea reflexionar, menos resonancia tendrá lo que vayamos haciendo o realizando en torno a la persona.
Es por ello que será aquí en donde entren en combinación la percepción y la valoración de la vocación, a partir de lo que se ha escuchado a la persona, y donde este último aspecto de la valoración de la vocación tiene que lograrse estando las dos partes de acuerdo en la reflexión y en la decisión que se desea abordar.
Dependiendo de la profundidad del diálogo, estos aspectos se pueden abordar a lo mucho en dos sesiones de diálogo con las personas, para dar paso a la reflexión en torno a la vocación, escuchando lo que la persona nos desea expresar y no tanto lo que nosotros queremos que la persona nos diga (Consideraciones para promover la Cultura Vocacional (Balán, 2013)). Sin embargo, ese será tema para otra futura (espero) reflexión, si me lo permiten, porque ya le tengo que cortar, para no aburrirles.


Y les comparto una imagen-reflexión:





Fraternalmente, unidos en De La Salle,

Javier Balán, fsc




Bibliografía


Balán, J. (2013, Enero 18). Consideraciones para promover la cultura vocacional. Retrieved Febrero 27, 2013, from Blog de Javier Balán, fsc: http://javierbalan.blogspot.mx/2013/01/consideraciones-para-promover-la.html
Gamio Gehri, G. (2012, Septiembre 14). Reflexiones sobre el concepto de diálogo. Retrieved Febrero 25, 2013, from Política y mundo ordinario, boquejos Postliberales: http://gonzalogamio.blogspot.mx/2012/09/reflexiones-sobre-el-concepto-de-dialogo.html
Sacerdotes Operarios. (2010). El maestro como animador vocacional - Dimensión vocacional de la enseñanza. México, D. F.: Servicios de Animación Vocacional Sol.





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