Thursday, May 17, 2012


Colaboración especial... testimonio de una voluntaria...


Miradas de una realidad




Cuando miras a tu alrededor... ¿qué ves?


Un día en la escuela mi maestra de biología nos encargó que escribiéramos 100 veces "Ver no es lo mismo que observar" y al principio nadie le encontró sentido a eso. Después, entendimos la frase muy bien...


Podemos ver en la vida objetos, naturaleza, animales, colores, personas. Verlos desde fuera, pero cuando nos detenemos un momento para observarlos realmente y pensar en ellos, en sus detalles, lo que los hace ser, distinguimos sus cualidades y admiramos su existencia que proviene de nuestro creador.


Al vivir aquí en la Casa Hogar tengo la oportunidad de observar a  muchos niños distintos. Unos se divierten jugando futbol, a otros les gusta dibujar, otros se pasan el día sonriendo y dando abrazos. Pero también observo a niños con miradas tristes, que pelean durante el día y lloran por la noche.

Todos ellos son niños que a través de su mirada expresan infinidad de sentimientos y que sin saberlo, transmiten sus ganas de salir adelante, pero que su dura realidad se convierte en un obstáculo que es difícil superar.

Conozco a un niño que se llama Brayan, que tiene una mirada brillante y atenta. Es muy inteligente, valiente y cariñoso. También es responsable, porque se preocupa por sus hermanos y busca siempre la manera de que ellos estén bien.

Hace unos días, mientras los niños se lavaban los dientes y se preparaban para dormir, Brayan me dijo que fuera a su espacio porque quería decirme algo. Cuando me acerqué le dije que ya era tarde y que platicáramos al día siguiente, pero cuando le ví su mirada, decidí quedarme un momento más.


Me empezó a platicar acerca de su vida antes de llegar a la Casa Hogar, me dijo en donde vivía, cómo era, lo que sentía. La verdad no era nada agradable lo que estaba contando. Lo escuché, pero sinceramente no supe que decirle.

Pasó un rato y dijo: --Y cuando llegué a Casa Hogar… y su rostro se iluminó. Cambió totalmente de semblante y hablaba y hablaba de todo lo que ha vivido aquí junto con su hermano Javier. Noté claramente cómo le ha cambiado la vida el estar aquí.

Después me preguntó ¿Y tú Sofi, cómo llegaste aquí?…entonces le respondí: --¡De la misma forma que tu!...

Gracias a Dios que nos da el regalo de encontrarnos con personas ya sean pequeñas o grandes, que te ayudan a que OBSERVES la vida, pero sobre todo la VIVAS con sentido puro de AMOR convertido en SERVICIO.

Con la mirada puesta en Dios.







Saludos.



Ana Sofía Teja González.
Voluntaria Lasallista en Casa Hogar.





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