Ser docente hoy en día, me parece que más que nunca, implica una gran responsabilidad, debido a la serie de escenarios y circunstancias que rodean a nuestros estudiantes, es por ello, que un aspecto que se debe de tener presente como educador(a), corresponde a la personalidad del docente, como propiciadora del aprendizaje en los estudiantes.
Al respecto, tómese en cuenta lo que dice Segura Bazán (2006) cuando habla de los aspectos que debe de contar la personalidad del docente:
Como se puede apreciar, son una serie de actitudes que supondrían ser un "súper-docente", sin embargo, ante los retos y dificultades que se encuentra el educador(a) hoy en día con sus estudiantes, me parece que son actitudes deseables y esperables en un docente hoy en día, dado que los estudiantes, provienen en su mayoría de familias desestructuradas, de entornos donde posiblemente reine la violencia en sus diferentes formas y donde también, la familia ha delegado la responsabilidad (consciente o inconscientemente) de la formación de sus hijos en la Escuela.
Es por ello que la misión en la educación del Siglo XXI debe de ir encaminada a propiciar el crecimiento de la persona integralmente, promoviendo en él y ella, desarrollo del conocimiento sobre su profesionalización, cultura, habilidades y actitudes en otras palabras, en sus competencias, los cuales, le llevarán a ser mejor profesional y humano.
Para finalizar, aunque la siguiente pregunta sea algo trillada, me parece que sigue teniendo validez en este contexto ¿Cómo saber si un docente tiene vocación por su profesión? El docente que tiene el don, la vocación, el gusto e interés por enseñar es el que siembra en sus estudiantes la semilla del amor y el cariño por lo que hacen, no sólo para hoy, sino también para el mañana y no sólo para el beneficio propio, sino que también lo procura para con los que tiene en su entorno, en su comundiad. Incluso puede enriquecerse si llega a considerar lo que ha llevado a trascender a grandes pedagogos y educadores, tal como esel caso de San Juan Bautista De La Salle, San Marcelino Champagnat y San Juan Bosco.
¿Usted qué opina al respecto?
Referencia consultada:
Segura Bazán, M. (2006). Competencias personales docentes. En J. Biggs, Calidad del aprendizaje universitario. Madrid: Narcea Ediciones
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